 |
| Procedencia de la imagen |
Están ahí, lo sabemos.
En la calle, acechan desde las marquesinas de los autobuses y desde los anuncios de las avenidas. Abundan en los cruces, en las fachadas de las floristerías. Hay que estar alerta en el supermercado, pues detrás de un vulgar anuncio de oferta de magdalenas pueden esconderse. O vigilar las espaldas en los andenes del metro, pues se ocultan en los rincones más insospechados.
Pero, cuidado, también los tenemos en casa: en la cocina esperan agazapados entre las cajas de galletas. Pueden abordarnos desde el interior de la nevera, refugiados en las tapas de los yogures. Nos asaltan desde la pantalla del televisor (y hay que prevenirse), o se refugian en el interior de nuestros armarios, entre nuestras camisetas favoritas y nuestras bufandas. A veces nos esperan en las estanterías, ocultos entre las tapas de los libros, o nos aguardan entre los juguetes de los hermanos pequeños (no se puede bajar la guardia).
Lo sabemos. Lo saben los alumnos de 3º ESO B y D del IES Las Musas, pero estaban alerta y no les han cogido desprevenidos. Móvil o cámara en ristre, solos o en parejas, han salido dispuestos a no dejarse escapar ni un solo recurso expresivo que hubiera en casa, en la calle, en una esquina o en un muro del parque. Los han cazado. Les han puesto nombre y ahora los exhiben en esta presentación colectiva que hemos elaborado con Google Drive.
Alrededor de 120 figuras apresadas por los aguerridos cazadores y cazadoras de mis terceros. Unos valientes, sin duda.
